miércoles, diciembre 27, 2006

Buscando la desembocadura del Quibú

Hoy me he dado cuenta, mientras recordaba al Yoyin y sus historias navegables, que no tenía fijado en mi cabeza el sitio justo donde desemboca el Río Quibú, el que pasa cerca de mi barrio y trae consigo tanta pestilencia contaminante y tanta ilusión de Río.

Así que me apresté a rememorar punto por punto mis memorables y geográficos encuentros con el Riacho.

Lo primero que me viene a la cabeza es el puente de La Lisa, que es algo así como lo que le otorga carácter oficial al Quibú (y es que un Río no es un Río hasta tanto no ha sido debidamente puenteado). Cuantas veces te he cruzado, cuantas veces he tirado preservativos llenos de agua a las pobres casas (y cuando digo pobres, en este caso no lo digo eufemísticamente) de debajo del puente, cuantas veces me has tentado a volar...

En el Año 94, no recuerdo exactamente bajo que circunstancias me vi recorriendo un sector de Zamora, Marianao, el la parte en que casi hace frontera con La Lisa, pero bien por atrás del puente, que le dieron por llamar la calle ocho, dónde solían concentrarse por aquella época una buena cantidad de vendedores clandestinos de arroz, carne, mani... Iba sólo, o por lo menos con un amigo de la escuela, y a la memoria me viene un puente peatonal, de hierro oxidado que cruza al Quibú.

Recuerdo La Loma de la Verde, que tan dócil era a las mañanas (cuando todos los santos ayudan) y tan empinada a la tarde, cuando la Forever hacía sentir toda su masa inerte de tal manera que parecía que tenias a media China enganchada atrás haciendo peso; y el pedaleo y la gota gorda y un pedacito del Quibú que pasa por ahí. Después recuerdo que alguna de las tantísimas veces que cruce por dentro de la Escuela de Arte (llámese ISA o ENA), vagamente recuerdo haber cruzado algún puentecito con cierto caudal de ¿agua? corriendo por abajo...

Y el recuerdo se me diluye y aparece de pronto al costado del Palacio de las Convenciones, pero en una pequeña porción que también desaparece y el último recodo que he visto es ya en la Quinta Avenida, justo en frente de la Tienda El Náutico (¿se llamaba así?), dónde tiene un puente (con mucho menos carácter de puente) y una parada de guagua.

En mi triste y vapuleada memoria, existe, justo en ese punto, un agujero negro imposible, no recuerdo como continúa, lo siguiente para mi es área inexplorada, desconocida, no sólo porque el Shoping me ciega todo intento de continuidad visual (y... vió como es el consumismo), sino porque además nunca fui muy asiduo del Reparto El Naútico y las catorce o quince veces que fui a bañarme a "la costa" jamás se me ocurrió recorrerla hasta el final del barrio (el que jamás se me ocurrio que pudiera existir, pues para mi se fusionaba con el Reparto Flores).

Pues bien, he despejado mi duda, tras recorrer (virtualmente debo aclarar) la accidentada (accidentadísima, curvilínea cuasiforme) cuenca del Quibú, he descubierto por fin, la desembocadura que me había sido negada hasta este entonces, y que separa con todo su carácter, definitiva y inequívocamente al Náutico de Flores.

Me he negado ha hablar de las ironías que trae consigo el Río, al recorrer de punta a cabo todos los estratos sociales habaneros... y es que algo de esto mencionó Frank Delgado en su Canción Río Quibú que es creo, un justo homenaje al Quibú y a los que supimos vivir en sus margenes. Pero lo tengo presente.

Ahora sin más dilación... las imágenes: